Días turbulentos para los cristianodemócratas alemanes. La ministra de Trabajo, Ursula von der Leyen, defendía, en contra de la voluntad de su partido, la cuota femenina obligatoria que se debatió en el Bundestag, y esto le sirvió para demostrar su poder. Ahora se reveló que supuestamente mantuvo conversaciones en secreto con la oposición. Sus compañeros de partido están indignados.